domingo, 31 de mayo de 2009

1. Breve semblanza biográfica


Puedo contar que tuve un perro y que me encantaba jugar con espadas. Nada más. Iba ’armado’ con alfileres a las fiestas de chicos para pinchar globos. Leía a Alejandro Dumas y la Historia de Cantú. A los quince años me tuvieron que operar de una pierna y al tener que permanecer en cama me entretuve con la Comedia Humana. Los resultados están a la vista: soy un paranoico. Pero sí con su moraleja: siempre conviene enfermarse de un pie para leer a Balzac. Un héroe de aquel momento para mí era Humphrey Bogart […] la mujer ideal era Bette Davis o Judy Garland […] Además estaba impresionado con la muerte de Gardel o con la del general Risso Patrón a quien mataron a la entrada de un comicio y por la espalda. Aunque me ocurría de no tener muchos amigos, los duelos criollos, que alguna vez improvisé, eran con cortaplumas. Yo tenía 12 años y en mi casa se escuchaba ópera. La detestaba porque me convertía en algo pasivo y no la quería ver. A Stravinsky lo llegué a odiar… me encantaba la natación. La mayor fiesta eran las tormentas de verano. Nos íbamos al río, subiéndonos un grupo a una «piragua». Siempre repetíamos lo mismo: al darse vuelta teníamos la necesidad de traerla a la rastra.

(diario La razón de Buenos Aires, 28 de octubre de 1962).


Francisco “Paco” Urondo nace en Santa Fe en 1930. Más adelante la familia se traslada a Buenos Aires, pero a los dieciocho años él se marcha de casa y regresa a Santa Fe con el pretexto de estudiar. Inicia diversos estudios universitarios (química, derecho, filosofía y letras), pero va abandonando todos al poco tiempo. Trabajará a lo largo de su vida en distintos periódicos, como Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias, pero también en revistas de creación literaria como Poesía Buenos Aires y Zona de la poesía americana. Igualmente, adapta obras para la televisión y escribe guiones para las películas de Rodolfo Khun, como Pajarito Gómez (1964), Noche terrible (1967) o Turismo de carretera (1968). En su casa de la calle Venezuela organiza frecuentes tertulias literarias, donde participan escritores como Rodolfo Walsh o César Fernández Moreno.
En 1968 es nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe. Hacia los cuarenta años, su espíritu de intelectual interesado por la política comienza a materializarse en una participación activa, lo que tiene como consecuencia el ingreso en la prisión de Villa Devoto en 1973. Al salir, es nombrado Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En los últimos años de su vida, militará en las FAR, que después se fusionarán con Montoneros (ambos grupos revolucionarios guerrilleros inspirados por el Che). Trasladado por la organización a Mendoza, morirá en 1976 tras una violenta persecución por las calles de esta ciudad.

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